Descubriendo los Reinos de Hierro
La historia comienza....
El viaje a Corvis
El asalto a la caravana
...entonces el Padre Dumas les dió una lista con seis nombres, al parecer alguien de su confianza un tal Melquiades Strada había estado investigando las desapariciones en los cementerios hasta que el ejército le destinó a investigar los pantanos en busca de la tribu que había atacado la caravana en la que los enanos llegaron a Corvis
En el cementerio
Explorando las Alcantarillas
Nos acercamos los tres al pequeño almacén de madera... combate ... tratamos de seguirle por las alcantarillas... parecía que le habíamos perdido... decidimos seguir... pequeños seres... trampa... edificio ...
El Asalto al Castillo
Cruzando el Puente
Entonces cruzamos el puente dejando atrás el cuerpo de nuestro amigo Alan...
... lucharon con otra patrulla de guerreros esqueletos al pie de la escalera... uno (probablemente uno de esos esqueletos algo más inteligentes que estában al mando de las patrullas) envió a uno de sus compañeros a dar la Alarma ... persiguiendolo por las escaleras ...
Treparon al muro y se ocultaron en la parte de arriba, entonces Torbar se asomó al interior,le sorprendió ver de los 20 metros de caida al otro lado, pero mucho más le sorprendió que allí hubiese reunidos al rededor de un millar de esqueletos, listos para el combate, el ejército (aquello era claramente un ejército) también tenía encadenados unos... y del interior del edificio de grandes puertas que daba al patio se oían aún unos cánticos que no presagiaban nada bueno... Mitra se acercó y se ocultó (Entonces el ataque por sorpresa falló cuando Soram cayó pesadamente desde lo alto del muro al suelo delente de los esqueletos , inmediatamente Torbar saltó sobre uno de ellos para ayudar a su hermano caido, y entonces comenzó una encarnizada lucha con los dos enanos tratando de impedir que los esqueletos dieran la voz de alarma avisando al enorme ejército que había en el patio interior a la vuelta de la esquina.
Escapando por el puente... dejó la su mochila con el explosivo en el puente ... golpe de rayo... gravemente herido...
Entonces decidieron que no tenían más opción que seguir corriendo y escapar por el puente, mientras a Soram se retrasaba para preparar el explosivo que llevaba en su mochila, Torbar le dijo a Mirta que le dejase salir primero para enfrentarse a la Maga, así Torbar salió corriendo por el puente y como suponía alli estaba la maga, volando mientras lanzaba algúna clase de conjuro, una pequeña bola brillante salió de sus manos en dirección a Torbar y entonces se vió golpeado por una tremenda descarga eléctrica, el duro enano se sobrepuso del golpe y siguió corriendo para ponerse a salvo al otro lado del puente, mientras Mirta que le seguía de cerca era tambiéna atacada por su hermana, sin embargo en su caso el temible rayo pasó por encima de su cabeza. Algo más rezagado simulando no poder seguir el ritmo llegó Soram, corría también cruzando el puente y dejó caer su mochila con el explosivo haciendo ver que la dejaba atrás para aligerarse de peso, siguió corriendo, pero no consiguió llegar a tiempo para evitar un tercer conjuro de la bruja, otro golpe de rayo impactó al enano dejándolo mal herido...
Camino sin descanso hacia Corvis...
El ataque a Corvis
Cuando corríamos camino de la puerta Norte, pensé en el extraño grupo que conformábamos, seguíamos al capitán unos cuantos soldados, 2 enanos llenos de heridas y magulladuras y acabábamos de dejar a la chica pistolera (Mirta dijo que se llamaba) en el cuartel... todo por que los enanos decían que esa noche atacaría un ejército de 1000 muertos vivientes... la verdad es que a mi aquello me parecía muy extraño. Si bien los enanos parecían muy convencidos de lo que decían, a mi me costaba mucho creerlo. En mi amplia experiencia con muertos vivientes nunca había visto un grupo de más de 40, ni siquiera cuando asaltábamos los bacos piratas. Entonces las tripulaciones no eran tan grandes. Quizá exageraban, o no pudieron contar bien... pero un ejército tan grande... que clase de bruja podría conseguir algo así... y lo que es peor: qué más podría hacer si era capaz de eso.
Mientras le daba vueltas a lo increible de la situación oí a los enanos comentar que su guía, mi compañero Alan Piranesi, había muerto... aquello fue un golpe terrible. Alan y yo nos habíamos entrenado juntos, y habíamos luchado durante varios años contra los muertos vivientes del pantano. No me podía creer que Alan hubiese caido luchando con muertos vivientes, él conocía todas sus tácticas de combate, sus puntos déviles y no se dejaría jamás pillar por sorpresa por un grupo de no-muertos. Si realmente le habían vencido... tenía que ser un ejército muy poderoso.
De camino también noté como el capitán se adelantaba un poco con los enanos y les decía algo sobre el ministro. Noté cierta desconfianza en la voz del capitán. Claro, que no es de extrañar, teniendo en cuenta que era el ministro quien había dado la orden de mantener las puertas abiertas y no cobrar peaje, algo que nunca había sido así.
Estaba claro que el capitán confiaba mucho en aquelos dos enanos. Yo por mi parte sentía un gran respeto hacia ellos: su actuación anterior con la bruja y la proeza de llegar en el estado en el que estaban, llenos de heridas, y después de una marcha forzada a través del pantano, y aun asi seguir llenos de energía para correr hacia la puerta dispuestos a enfrentarse al ejército, era algo impresionante... Además, si lo que decían era cierto, estarían salvando la ciudad de una masacre segura. No quiero ni imaginar lo que podría pasar si llegase el ejército de no-muertos y con las puertas abiertas y una multitud fuera de las murallas de la cidudad...
Finalmente llegamos a las puertas, subimos a la muralla y escudriñamos el horizonte, no se veía nada, parece ser que el ejército aún no había llegado. Entonces Torbar (uno de los enanos) dijo que sería bueno que un jinete saliese de explorador fuera de las murallas. Sin duda era una misión peligrosa y yo no era un gran jinete aunque sabía mantenerme en el caballo, pero no me lo pensé dos veces y antes de que el enano acabase la sugerencia me ofrecí como voluntario al capitán para salir de explorador. Después de todo era algo para lo que estaba entrenado. Ésta vez no tendría la cobertura del pantano -estaría expuesto a campo abierto- pero esperaba que la noche y el ruido de los fuegos de artificio fuesen mis aliados.
Cogí un catalejo y una linterna de fanal de la garita y salí de las murallas por la gran puerta mientras los guardias instaban a la gente a dejarlo todo y entrar en la ciudad. Requisé un caballo de uno de los comerciantes y salí por el camino en dirección al bosque que rodeaba la ciudad. Me movia sigilosamente, al menos todo lo que podía sin perder tiempo con el caballo. Lo más importante era actuar rápido. Cabalgaba por el camino con el fanal apagado para no descubrir mi posición. Pasado un kilómetro descendí del caballo y empecé a rastrear haciendo arcos en dirección al río y hacia el otro lado del camino, pero no se veía nada. Finalmente me pareció divisar con el catalejo algo de movimiento en el bosque y me decidí a hacer otra batida a medio kilómetro del linde del bosque. Tras un rato oteando los ví, hordas de esqueletos armados, caminando por el cenagoso pantano; tantos como nunca había visto. Entonces disparé mi pistola de señales, monté a caballo y salí corriendo de vuelta a la ciudad confiando en que el ejército no caería sobre mí antes de encontrar la protección de las murallas.
Una vez dentro subí a lo alto de la muralla y me preparé con mi fusil para hacer frente al ataque.
Los cañones empezaron a disparar: el ejército de esqueletos saltaba por los aires. Parecía que el aviso había llegado a tiempo y la pronta reacción permitiria minimizar las consecuencias del ataque. Pero entonces fue cuando nos dimos cuenta de que los impactos de las balas de cañon en los esqueletos resultaban muy artificiales, el movimiento muy coordinado... en definitiva... ¡era una ilusión!
Una ilusión para distraernos del punto del verdadero ataque, que vimos justo antes de que empezasen los primeros gritos. Mirando al interior de la ciudad vimos como de los rios, en los muelles, se empezaban a aferrar unas manos esqueléticas, cientos de manos seguidas de cientos de cuerpos llegados del fondo del rio. Debí sospecharlo, había visto a los esqueletos caer del barco y salir andando por la playa... no necesitan respirar y caminar por el fondo del rio, para ellos era igual que hacerlo por el bosque, el pantano o cualquer otro lugar. De esta forma habían cogido nuestras defensas por sorpresa. Los pocos soldados y guardias que estaban sobre aviso se encontraban en las murallas... aquella noche la sangre bañaria las calles de Corvis
El ataque a Corvis (2ª parte-Torbar)
La noche más larga
Sin duda fue la noche más larga... Desde que avistamos los esqueletos saliendo del agua fuimos en busca de un mago. Todo esto era una distracción para conseguir la espada y nosotros lo sabíamos. Nunca encontramos el mago que buscábamos ya que tuvimos que ayudar a muchos humanos por el camino. La ciudad estaba plagada de muertos vivientes, era una sangría. Al final llegamos a la universidad, y con ayuda de Pendrake vimos que la mayor concentración de esqueletos estaba alrededor de la iglesia. Y allí que fuimos. Conseguimos llegar hasta el padre Dumas si ser vistos por los cientos de esqueletos que rodeaban la iglesia. Le dije que tenía que haber algo de interés en la iglesia, algo oculto pero no supo responderme. Las defensas eran un par de barricadas y unos pocos humanos cansados, no resistiríamos pero moriríamos intentándolo. Comenzó el ataque Soram, Melquiades, la niña y yo (Torbar Scrumshield) nos posicionamos detrás de una barricada y comenzarón las hostilidades. Melquiades y yo en primera línea y Soram y Mitra con los que se colaban cuando bajabamos la guardia. Nuestra propia sangre nos llegaba a los tobillos y aún no veíamos el final de la fila de esqueletos. Incluso les desbaratamos un intento de destruir la barricada (que llegó a resultar muy útil). Fue un momento bello, bellísimo, ninguno de los cuatro flaqueó, codo con codo machacábamos esos engendros sin nada más en nuestra mente que un "NO PASARÁN". El tiempo perdió todo sentido, hasta que algo cambió. Los esqueletos empezaron a saltar la barricada en tropel sin fijarse en nosotros. Tirábamos al agua los que podíamos, pero era una lucha desigual. Cansados, derrotados miramos al cielo y vimos cinco figuras, eran ellos sin duda los cuatro liches y Alexia. Los esqueletos se agruparon entorno al obelisco de piedra que había enfrente a la iglesia de Morrow y comenzaron a moverlo. Explotaron diversas trampas mágicas destruyendo numerosos muertos vivientes pero siempre llegaban más. Y al final accedieron al cadaver y a la espada (la witchblade). El padre Dumas forcejeo con Alexia por la espada, sólo para ser traspasado por un rayo que llegó desde lo alto de la iglesia. Un tipo con atuendo de la inquisición y que resultó ser el jefe de la misma (ahora proscrito como todos los inquisidores), les amenazó con freirles de nuevo si no le daban la espada (ahora en manos de Dumas). Dumas sin duda estaba perplejo, miraba a Alexia sumamente extrañado sin duda por su extremo parecido a Mitra. El hombre requería la que decía era SU espada, pero Dumas se la lanzó a Alexia. El inquisidor les lanzó un rayo que Alexia, gracias a la espada, desvío. Usando witchblado disipó el conjuro de volar del inquisidor que cayó entre los esqueletos. Pero fue capaz de huir. [pablabras que no oye Torbar]. Y Alexia se fue. El resto es historia, llego Hellstrom con algún tipo importante del ejército que nos interrogó. Le contamos lo mismo que a Hellstrom y solicitamos retirarnos a nuestro merecido descanso. Al final después del esfuerzo, habíamos fracasado....
Otra versión de la noche más larga...
La Noche Mas Larga... En Rhul gustan de llamar a las cosas por sus nombre, pero aun así Torbar jamás había imaginado que "la noche mas larga" pudiera ser tan literal.
No se podía decir que hubiera descansado mucho, ni Torbar ni su hermano, desde que llegaron a la Ciudad de los Fantasmas, pero lo que les esperaba cuando salieron de allí hacia el fuerte Riker era mucho peor. Los dos días de marcha que hicieron hasta llegar allí no fueron nada, aunque no durmieran la ultima noche para llegar con las primeras luces del día. Lo difícil vendría a partir de ese momento.
En los campos frente a las ruinas del fuerte Riker una mesnada de esqueletos desenterraban restos humanos de la batalla del fin del velo y los llevaban al interior, allí la pérfida Alexia estaba formando un inconcebiblemente numeroso ejercito de no muertos, veinte veces mayor de las mas osadas estimaciones. Alan Piranessi, el explorador que les llevo hasta allí, murió envenenado cuando investigaban el fuerte, los demás estuvieron muy cerca de terminar igual después de luchar contra parte de las huestes de Alexia, contra unos francotiradores de la inquisición que misteriosamente estaban allí y contra la misma Alexia. Pero consiguieron huir del fuerte y no solo eso, sino que gracias a una astuta estratagema de Soram, derribaron el puente que conectaba las dos torres, obligando al ejercito de la bruja a dar un buen rodeo para llegar a Corvis.
Pero no solo había que escapar de al furia de Alexia, ni el capitán Hellstrom, ni el padre Dumas, ni el profesor Pendrake, ni nadie que supiese de ella podía imaginar que un ejercito completo, armado y preparado se dirigía la ciudad, si llegaban por sorpresa seria una carnicería. Torbar y Soram estaban muy heridos, agotados por escapar de las garras de la muerte, no les quedaba magia y el explorador que conocía el camino de vuelta estaba muerto. Los no muertos no necesitaban dormir ni descansar, Alexia podía volar y seguramente les buscase para acabar con ellos. Pero aun así había que llegar antes que el ejercito de huesos a Corvis, así que aceleraron el paso todo lo que pudieron, se escondieron entre los árboles y avanzaron hacia la ciudad, toda la noche, toda el día siguiente, la siguiente noche, sin descansar ni una hora, y el siguiente día igual. Siendo enanos, unos enanos particularmente duros, Torbar y Soram estaban exhaustos, agotados de cansancio debilidad y sueño, a Mitra hubieron de llevarla a cuestas durante casi todo el ultimo día, pero a pesar del brutal esfuerzo, bien pareció que llegaban tarde.
Estaban cruzando un vado del pantano de la viuda, a pocas horas de Corvis, o al menos eso esperaba Torbar que marchaba a la cabeza guiándoles, su hermano a la zaga con Mitra a la espalda. El sol acaba de ponerse, y casi al desaparecer sus últimos rayos oyeron la primera explosión, lejana pero retumbante, después llego otra y otra, la secuencia no paraba e iba en creschendo; veían como el cielo se iluminaba en el horizonte, no estaban muy lejos de la ciudad, apenas una hora, quizás dos y ya no podían perderse; pero Alexia se les había adelantado, ella y sus brujas resucitadas debían estar enfrentándose con bolas de fuego a la artillería de la muralla este mientras sus huestes atacaban la puerta. O al menos eso creían, ya que cuando subieron a una colina cercana vieron que las explosiones eran mas inofensivas de lo que parecían, surgían de toda la ciudad y eran de vivos colores, no había ataque, tan solo había empezado la mayor fiesta de Corvis, la fiesta de la Noche Mas Larga.
Torbar no lo recordaba, los últimos días habían sido tan agotadores y caóticos que había perdido la cuenta de los días, pero justo delante de el una de las fiestas mas famosas de todos los Reinos de Hierro comenzaba su marcha una vez puesto el sol. El solsticio de invierno, fin de un año y comienzo del nuevo, era un evento celebrado en todo Caern, pero en Corvis la celebración era merecidamente famosa. Toda la Ciudad de los Fantasmas se hacia a la calle en una noche de mas de catorce horas, empezaba con los colosales fuegos artificiales que ya habían presenciado, en los que se gastaban toneladas de polvo explosivo, ya que cada gremio y poder en la ciudad competía por lanzar los mas espectaculares; al inicio y fin de la noche se daban los mas vistosos y numerosos, pero no paraban en toda la noche. Con los fuego salía un desfile de carrozas y caravanas engalanadas, como con los fuegos de artificio, cada gremio, noble y burgués de la ciudad tenia la suya y competían en grandiosidad y originalidad, con músicos y equilibristas disfrazados caminando delante y detrás de cada vehículo; desde suntuosos carros tirados por un par caballos a inmensas carrozas ocupadas por docenas de personas y tiradas por varios steamjacks; el desfile recorría las calles principales de la ciudad dando una vuelta completa que duraba varias horas, pasando de parte a parte en grandes barcazas llenas de luz. Mientras tanto mas de medio millón de personas, disfrazados como muertos, celebraran sin descanso el carnaval por toda la ciudad, desde fiestas exclusivas llenas de lujo y misterio en adornadas mansiones y jardines de las mas altas torres de la parte mas rica de la ciudad, a alocadas algarabías en cada una de las tabernas y bares de mala muerte de los suburbios a ras de rió, o simplemente recorriendo las calles, de puesto en puesto, disfrutando de una noche salvaje de excesos, carne y alcohol; ni una sola calle de la urbe se salvaba de una sobredosis de luz y sonido en la Noche Mas Larga. Sí, el carnaval de Corvis era celebre por su desenfreno, su lujo y su magia; gente no solo de todo Cygnar, sino también Llael, Ord, incluso Khador, acudía a la ciudad para ser testigos de esta celebración.
Y eso eran malas noticias, muy malas. Quería decir que la ya densamente poblada urbe estaría aun mas abarrotada, ya seria un caos incontrolable de forma normal, pero ante un ataque no habría forma de manejar a las multitudes. Todos los miembros del ejercito estarían con permiso y borrachos, la guardia, tan solo un par de centenares de hombres, absolutamente dispersa y saturada contra un numero 3 veces mayor de no muertos diabólicos sedientos de sangre Con toda la población fuera de sus casa y sobre todo completamente desprevenidos.
Cuando llegaron por fin encontraron las puestas de la grandiosa muralla abiertas de par en par, con sus enormes verjas metálicas levantadas, niños disfrazados de esqueletos daban vueltas al rededor suyo con farolillos encendidos con forma de calavera al final de palos, el borde exterior de la ciudad atestado de carretas con comerciantes vociferantes. Torbar intento convencer a los 2 guardias apostados en la puerta que un ejercito se avecinaba, pero era fútil, le tomaron por un borracho harapiento y cubierto de barro; Soram se llevo a su hermano de allí, era en el cuartel de la guardia donde tenían alguna oportunidad, Julián Hellstrom les encargo ir al fuerte Riker, el creería su historia y haría algo, tenia que hacerlo, o la ciudad estaría perdida.
Descanso despúes del laaargo viaje
Reuniones varias con gente, obtención de salvoconductos
Toque de queda
Matando Tambaleantes del pantano en las alcantarillas
La meuerte de Torbar
Investigando el Almacén
Soran Sueña
Aparición de la joven... (no recuerdo el nombre del nuevo PJ de Dani)
Vuelta al almacén, y entrevista con el encargado
Visita al dueño
Entrevista con el contable, confesiones
Entonces levantamos las tablas y apareció la caja fuerte.... Soram con bastante destreza consiguió abrirla sin que ni siquiera se notara que había sido manipulada... y en su interior encontramos a parte de coronas un montón de Garras (moneda en curso en el Reino de Khador)...
Nos llevamos al contable a la catedral para protegerle y fuimos en busca de Melquiades y don ... para interrogarle...
Interrogatorio en el sótano
Cicatríz en la mano (¿inquisición?)
LLevamos a toda la familia a la catedral...